sábado, 6 de abril de 2013

Tp1 El lugar, plan B

Siempre desde chiquita me llamo la atención que en el subte por mas de que sean las dos de la tarde siempre parece de noche. Los túneles, las luces que a gran velocidad animan las paredes, todos esos elementos hacen que en mi cabeza se cree un mundo distinto al que habitamos todos los día, el mundo subterráneo. Quizás hasta un poco tenebroso.
Para este proyecto el fotógrafo que mas me inspiro fue Ray Metzker. 


"Algunos críticos definen su estilo, su marca, como un juego entre la abstracción y la representación expresado en sus figuras sumergidas en sombras profundas y atravesadas por haces de luz y un patrón geométrico que convertiría cada escena en un brillante paisaje cubista."

….El hombre que baja al metro no es el mismo que vuelve a la superficie…
… desde el centro de la ciudad, el subterráneo, que los porteños llaman subte casi como si le tuvieran miedo a la palabra completa y quisieran neutralizarla con un corte desacralizado. Hoy sé que el trayecto en subte no duraba más de veinte minutos, pero entonces lo vivía como un interminable viaje en el que todo era maravilloso desde el instante de bajar las escaleras y entrar en la penumbra de la estación, oler ese olor que sólo tienen los metros y que es diferente en cada uno de ellos…
….había esos minutos en el andén en que yo veía la hondura del túnel perdiéndose en la nada, las luces rojas y verdes parpadeando en la profundidad, y luego el fragor progresivo, el tren dragón rugiendo y chirriando, los asientos de madera que yo rechazaba para quedarme de pie contra una ventanilla, la cara pegada al vidrio. Porque cuando el tren tomaba velocidad las paredes del túnel se animaban, se convertían en una pantalla móvil con cables como serpientes negras ondulando, con el paso instantáneo de las luces, y siempre ese olor en el aire espeso y lento que nada tenía que ver con el de fuera, con el de arriba…

 .. Como en el teatro y en el cine, en el metro es de noche. Pero su noche no tiene esa ordenada delimitación, ese tiempo preciso y esa atmósfera artificialmente agradable de las salas de espectáculos. La noche del metro es aplastante, húmeda de un verano de invernáculo y además infinita; en cualquiera de sus puntos o de sus horas la sentiremos prolongarse en los tentáculos de los túneles, en cualquiera de las estaciones a las que bajemos estará latiendo uno de los muchos corazones del inmenso pulpo negro que subtiende la ciudad. La noche del metro no tiene comienzo ni fin, allí donde todo se conecta y se transvasa, donde las estaciones terminales son a la vez llegada y partida; llamarlas terminales es una de las muchas formas de defensa contra ese temor indefinido que espera en la penumbra del primer corredor, del primer andén.
…el metro nos vuelve por un momento disponibles, porosos, recipientes de todo lo que la libertad de la superficie nos priva, puesto que ser libres allá arriba significa peligro, opción necesaria, luz roja, cruzar en las esquinas mirando del buen lado.

…..la luz mortecina y estancada en la que toda idea de sombra es inconcebible,
La luz y el aire tienen siempre la misma consistencia, todos hemos leído cientos de veces las mismas leyendas, advertencias, prohibiciones y consejas municipales, y las seguiremos leyendo porque los ojos se mueren de hambre en el metro, buscan un empleo, un asidero que los arranques de ese ir y venir en la nada. 

 "Bajo nivel"  Julio Cortázar

bajo la hipnosis de los tubos fluorescentes que rítmicamente pasan pero no iluminan, las paredes sucias, pecaminosas y oscuras por naturaleza no tienen alma y solo dejan rebotar el lado más siniestro de esa luz opaca, y detrás del túnel uterino, con la vida encandilándome, una escena micro y macro, un tren saliendo de su túnel con la luz redentora en el final… ¿Quién sabe que es lo que se esconde en la oscuridad, más allá de las abiertas bocas de los túneles? ¿A dónde van esas brillantes vías de insensible acero, una vez que se adentran en el subterráneo mundo de la oscuridad? ¿Por qué los subtes no funcionan de noche?

                                                                                                               Anonimo.



                                                                                                                                   

















No hay comentarios:

Publicar un comentario